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Las manos, por muy grandes que sean solo son capaces de retener una capacidad finita de tierra. La mayor de las posesiones, otorga poder, pasión, sangre y entrega. El mundo se ha construido arrasando y conquistando una y otra vez la misma tierra.

Cuando solo quedaba polvo en las palmas de sus manos, observó como se acumulaba en el suelo, en pequeños montones, sobre sus botas. Sacudió los pies y la tierra volvió a su lugar porque siempre volvía. A veces se llevaba una pequeña porción en sus manos o en sus bolsillos. Viajaba con ella, pero con el tiempo, dejaba de distinguirse la que era de un lugar o de otro, todas eran bellas. Desde la arena ardiente del desierto hasta la oculta por los frondosos bosques y hielos, las rocas compactas de las montañas. Toda esa comunión, ese enjambre inmenso, y la necesidad de tenerla en nuestras manos siempre ha sido nuestra perdición.

Cuando ella danzaba sobre sus manos, de puntillas y ligera, cuando sus gemidos eran los trinos del verderón y su flujo la lluvia que regaba el paraiso, poco había que conquistar. Dejaba que aquellos pies se llenasen del mismo polvo con el que se cubrían las botas mientras ella, solícita, se arrodillaba para limpiar con cuidado la piel añeja mientras la suya, lozana, se cubría de un manto traslúcido, una fina capa de memoria que no quería quitarse y con orgullo llevaba. Se abrazaba a sus piernas como si fuesen secuollas antiquísimas de conocimiento y placer mientras él dibujaba una sonrisa que hacía doblar el horizonte.

Después, ella volvía a sus manos, a seguir con el ritual de la danza, saltando entre los dedos e iluminando el edén en el que convertía aquello que tocaba. Luego sucumbía a la presión del puño, a la ira de la tormentosa inclinacion de los dedos clavándose en su yugular, al aliento escupido sobre su pecho y al climax derramado en sus entrañas mientras un hilo de saliva, la plena satisfacción desembocaba en su cara. Entonces miraba al cielo y notaba como la lluvia daba vida a su ser, como el interior se convertía en magma, en manto y núcleo para caer rendida de nuevo antes de remontar el vuelo y el trino. Y desde arriba, la tierra era ella y él lo sabía.

 

Wednesday

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