Algún día, le dijeron hace muchos años, algún día. Pero la días se acumularon en su espalda, la vida, la cotidiana se hizo con sus decisiones aunque ella jamás se interpuso. Tras los novios y la flirteos, los trabajos temporales, el ocio, llegó la realidad, la distancia se incrementaba, pero seguía pensando en aquellas palabras, algún día, le dijeron. El matrimonio no cambiaron los sentimientos ni las necesidades, pero en su elección también estaba mantenerlos apartados. Se sentía esclava de sí misma, una esclavitud que ni necesitaba ni quería pero que jamás supo negar. El tiempo hacia mella en su cuerpo, los hijos desgastaron sus ganas y los recuerdos de que lo que realmente eran se iban apagando. Desde fuera, con la visión parcial del que juzga sin saber, era feliz, tenía una vida plena y salud, pero ella bien sabía que era una fachada. Nadie conocía lo que mantenía dentro de sí, ni siquiera su marido al que muchas veces le había insinuado alguno de sus deseos. No encontró comprensión ni ganas en sus respuestas, así que cerró un poco más la puerta donde guardaba su sumisión.

Algún día, se dijo esa mañana, mientras como de costumbre daba vueltas al café después de haber dejado a los críos en el colegio, absorta en el fluir del líquido cuando en la taza, cuando una voz le sacó de los pensamientos sin sentido que le recorrían.

™Hacia mucho que no veía a una mujer dar vueltas al café en el sentido de las agujas del reloj”.

Levantó la mirada enojada por el comentario y por la interrupción y le vio de pie, sonriendo y todo lo que estaba pensando se desvaneció. ¿Perdona? Fue lo único que pronunció. Pero el solo hizo un gesto con la mano, como si le quitase importancia al comentario. Pagó y se fue.

Ella se quedó pensativa y miró a su alrededor, fijándose en aquello que había dicho y comprobando que efectivamente, las mujeres que había allí daban vueltas al café en el sentido inverso a las agujas del reloj. ¿Qué sentido tenía eso? pensó. Al rato, pagó y volvió a casa, se duchó, se vistió y fue a trabajar. El día pasó como todos, pero no se quitó la imagen de aquel hombre frente a ella ni su comentario, pensando que tenía más información y sentido que una simple curiosidad.

Wednesday