Lamentáblemente es una cuestión puramente humana, vayamos donde vayamos pensamos que lo nuestro es lo mejor. Donde va a parar. Aquí en España, tenemos las mejores playas, la mejor comida, se vive de puta madre y tenemos el jamón ibérico (la verdad es que esto si debería salvarlo de la quema). Como aquí en ningún sitio. Cuestión de costumbrismo y sobre todo de costumbre. Pero tristemente ni las mejores playas ni la mejor comida. Cualquier persona del mundo dirá que la comida de su país es la mejor pero sobre todo, la de su abuela. A lo que vamos, aquí nos creemos los mas listos y los que más sabemos de cualquier cosa que podamos tratar. Es evidente que España es un país a la vanguardia de la cultura y educación, privilegiados en el arte los estudios y adalides del I+D y ciencias de todo tipo. Ridiculizamos a los alemanes, chinos y sobre todo estadounidenses, porque estos, de cultura tienen poca y no saben de nada. Vamos a tener que hacérnoslo mirar.
Pues con el bdsm pasa más de lo mismo. Aquí cada uno hace de su capa un sayo y pretende poner en solfa las experiencias de los demás. Resulta que el bdsm está categorizado de manera exquisita y sigue unas pautas absolutamente perfectas y científicas que si no cumples, bueno, pues no eres bdemesero, serás alcachofero, particularero o soplapollero. Sigamos el esquema de a, b y c, porque en el fondo es todo un abecedario de cojones, que solo sirve de guía de acompañamiento y finalmente destierras al fondo de un cajón por inservible y petulante.
Parece, al leer cualquiera de esos panfletos, que quién ha dedicado tiempo a escribirlos, antes se ha metido un palo por el ojete. Y no digo que estén mal, son divertidos si no te los tomas en serio. Porque para tomarse el bdsm en serio, que es muy serio por otra parte, uno mismo se tiene que tomar a chiste ciertas cosas. Y esto no es lo malo. Entiendo que todos estos escritos son una muestra de como introducirse en un mundo complejo donde la información, antes escaseaba y ahora sale por cualquier sitio imaginable. Terminaremos determinando que el mundo se divide en dominantes y sumisos, algo real en cualquier ámbito pero que en este precisamente no se cumple.
Para ser dominante hay que ser listo, inteligente si me apuras, pero no creérselo porque entonces te bajan del pedestal a hostias.
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