El trabajo -II-
Era un cabrón, sin duda. Sintió el golpe desde la sala contigua mientras ella no sabía como continuar con aquel trabajo, distraída, escandalizada y curiosa. La pared de vez en cuando retumbaba y los gemidos se colaban por debajo de la puerta. Empezaba a tener claro que no tenía escrúpulos ni la delicadeza suficiente como …