Jabba Desilijic Tiure lo comprendió muy bien antes de que Leia Organa le estrangulase con la cadena con la que pretendió mantenerla cautiva. Una imagen icónica, la de Leia, vestida de concubina, sexy y sometida contra su voluntad. Una voluntad demasiado fuerte y temeraria como para dejar que se apague al lado de alguien que creyó ser los suficientemente inteligente y despiadado. Jabba el Hutt murió a manos de su prisionera.
La cadena no es un símbolo de opresión, de hecho no es ni siquiera un símbolo. Tan solo un objeto al que se le da un cometido y desde luego, infundir esa falta de aire vital imaginario no es su cometido. Lo curioso de la cadena es la imagen que transmite de frialdad, suciedad incluso, oscuridad y victimismo asociado a la iconografía del BDSM que a su vez la importó del nauseabundo mundo de las mazmorras de verdad, no las de pegote que molan bastante más y son más divertidas. Eslabones herrumbrosos y ásperos que laceraban tobillos ensangrentados y arrastraban inmensas moles de metal que dificultaban el caminar. Si es que aún tenías esa suerte.
Hoy eso, es un espejismo, algo que en el mundo que nos ha tocado vivir por suerte, está relegado a un segundo plano, porque lo que parece hoy es todo una pose. Desde las vestimentas, que parecen más bien un uniformes, los comportamientos, dictados casi desde tiempos inmemoriales y ese tufillo que se desprende de los comentarios como si la cosa no fuese con los demás, porque ellos no saben lo de lo que trata esto del BDSM pero yo si, donde va a parar. Pero ahí está la cadena y también el victimismo de la incomprensión del que se cree superior. Esa es en realidad, la verdadera atadura metálica, la de tener que dar explicaciones de porqué hago tal o cual cosa, de sí no es posible comprenderlo porque no se ha vivido ni sentido y por tanto, es un disparate cualquier crítica. Hemos elevado en esta sociedad el concepto de la crítica casi a dogma de fe, de la misma manera que nos soliviantamos si no hay solidaridad, comprensión y tolerancia. En un mundo donde todos esos conceptos están igual de vacíos que las mentes herrumbrosas como las cadenas, las de verdad, las que esclavizan de manera sistemática y no sirven para que podamos descubrir otras cosas.
Los que que claman al cielo sobre la intolerancia y la falta de comprensión son los primeros que destierran el significado de esas palabras de sus actos, y así nos va.
Leia utilizó la cadena para liberarse y ser lo que era, de la misma manera que la entrega es un poder que en manos adecuadas fortalece cualquier eslabón uniendo de manera inalterable y al mismo tiempo es posible romper. Lo cojonudo del asunto es que no se quiera hacer porque esa cadena te hace estar donde realmente quieres estar.
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