Viene para revolucionarlo todo, dicen los que saben. Los que no saben asienten y lo utilizan como si les fuera la vida en ello, para rellenar cosas, presentar otras. Es el futuro en el presente y ya está aquí. Así que me presté a rescatar uno de mis relatos, de los suavecitos para no crear interferencias y dejé que openAI analizase en profundidad las historias que describo y narro. Juro que creía que me iba a despedazar ya sea por lo críptico que a veces resulto o los disruptivo a la hora de narrar. Pensé, de corazón, que, aunque no diese opinión (cosas del algoritmo) sacaría todas las miserias de mi relato. Pero no, lo que sacó son las mismas miserias que la gente que no entiende una puta mierda de esto y juzga basándose en lo establecido. Después de dedicarme unas bonitas palabras en las que me decía que el contenido vulneraba no sé cuántas legislaciones me hizo una observación la mar de práctica. Me invitaba encarecidamente a que consultase con un terapeuta ya que según los ceros y unos del algoritmo tengo problemas que resolver sobre mis orientaciones sexuales. Que las cosas de las cuerdas, los amarre3s, los cuchillos y la sangre son de otra época mucho menos avanzada y más despiadada.

Mi gozo en un pozo. Resulta que lo que la mayoría piensa también lo piensa la inteligencia artificial que va a cambiar nuestro paradigma de conocimiento de aquí a unos meses. La misma que va a hacer todos los trabajos de los estudiantes, los informes en las empresas, los artículos de opinión de los periódicos y los discursos de los prohombres que nos gobiernan. Pero parece que con el tema del BDSM no parece que vaya a cambiar mucho la mandanga. Si le das al azote y al mamporro serás malo por castigo e igual te vigilan para enviarte a unos loqueros a casa para encerrarte no vaya a ser que te dé por ir dando hostias por la calle a mocitas y señoras. Parece que lo más rancio se instala en Skynet, como la vida misma.

La misma vida, la de aquí al lado que ya nos deja ser lo que nos salga de los cojones y fluir con la vida pero que en el caso de lo cibernético se queda en el medievo. Intentad tener una conversación con el chat y os sorprenderéis como bebe de fuentes nada recomendables. Los juicios de valor ya los tienen las máquinas y lo que nos queda a nosotros es esperar a que determinen que eres más malo que las caries y te corten el grifo y la colita.

La inteligencia artificial cada vez es más natural.

Wednesday