https://unoesloquemuestra.com
Seleccionar página

El temor infundado, a lo desconocido, sujetado solo por las posibles consecuencias, ligeros hilos de bramante que soportan cargas inimaginables. Pies de plomo que retrasan nuestros pasos y sin embargo avanzamos, despacio, poco a poco, hacia una meta desconocida pero deseada. Vale todo por esa sonrisa, se decía. Mas allá de la fisionomía, de la perfección de los rasgos, de la lozanía de los movimientos, mas allá de todo eso estaba la sonrisa y por fin, determinaba la meta. Todo le daba sentido y finalidad. Ahí estaba, casi desnuda, mostrando su piel que seguía avergonzada incluso en sueños, los ojos cerrados soñando aquellas cosas que detestaba de él y sin embargo adoraba. Que hermosa incongruencia.

Sentado observaba como siempre. Ajena a aquella mirada, continuaba dando pasos hacia adelante o hacia él. Iba siempre despacio y firme. Había tanta distancia entre ellos que muchas veces imaginaron la imposibilidad de llegar a un término medio y una vez allí disfrutarse plenamente. Pero allí estaban los dos, entregados de una manera sencilla.

Se apartaba de aquellos primeros inicios, donde solo imaginaba su cuerpo atado y ahora solo necesitaba su presencia o su olor, su sabor, Todo llegaría, en algún momento, cuando fuese necesario y deseado, cuando la vergüenza y el temor desapareciesen y se instalase la confianza plena. Abrió los ojos despacio y frunció el ceño. No me mires así le dijo con voz de niña pequeña.

Ella nunca sabía lo que pensaba cuando lo hacía. Creía que buscaba las cosas malas que todo el mundo tiene, los detalles que hacen tomar decisiones y apartarnos del camino. En cambio él solo veía lo que deseaba y aunque se lo decía una y otra vez, ella seguía en sus trece, sintiendo que había algo más detrás de aquellos ojos escrutadores.

No era así, cada día la veía más hermosa, más entregada y más cercana y se daba cuenta de que el camino que había decidido tomar con ella, el de la lentitud y el de la conversación era el correcto. Incluso recién levantada olía de puta madre. ¿Cómo no iba a desear continuar?

 

Wednesday

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies