Miraba la pared, la misma de siempre, dibujada con su cuerpo, adornada con su sudor, manchada con su saliva. Podía recordar cada una de esas motas aparentemente azarosas pero que en realidad eran el almanaque de su existencia. Cada una de ellas, el recuerdo de la preparación y el posterior despegue. Sentir como la fuerza de sus manos,  la de la gravedad de su presencia, zarandeaba todo su ser. Una cuenta atrás que había llegado a su fin.

Todo el camino queda atrás, ese recorrido a veces infame y placentero, el dolor sucumbe al placer y viceversa entre las oleadas violentas del despegue, sabiendo que cuando todo acabe la inmensidad será solo el punto de partida. Ese juego que hace que la saliva sea un lubricante vital, de vida y entretenimiento, la altura magnifica, porque mientras subes el aire va desapareciendo, y solo puedes recurrir al que te da. El alimento, almacenado tiene un límite y debes buscar el suministro cuando éste escasee. Pero las estrellas luminosas te atrapan, embrujando cada fibra y cada pensamiento. Las nebulosas celestiales, inmensas manchas de energía que permiten que des un paso más impulsada por el deseo. El infinito galáctico en un minúsculo lugar escondido entre sus ojos te deja sin aliento para caer de nuevo a la pesada atmósfera de su dominio, la tierra que posee y por la que caminas.

Entonces la espalda se estampa contra el suelo o en esas paredes adornadas con tu propio ser moldeado por las manos todopoderosas que tú ayudaste a forjar. La cuenta atrás comienza de nuevo y te vistes con el traje perfecto, el que solo deja ver lo que él desea y tu quieres. Hermético solo para el vacío y los ojos incrédulos y la escafandra, que asola el silencio y aísla lo necesario para ver los gestos y las sonrisas. Y la cuenta atrás comienza de nuevo en otro viaje a las estrellas mientras acaricia tus mejillas antes de apretarlas con fiereza haciéndote sentir como el satélite del amor.

Prende la mecha, del diez al cero. Disfruta de un nuevo viaje, Rocket, le dice en un susurro.

Rocket, Yeah! Y se estremece.

 

Wednesday