Los placeres de Meiko -II-
Descubrir que observar le proporcionaba tanto placer, fue probablemente el sentimiento más maravilloso que había tenido jamás. En tan poco tiempo las emociones se le precipitaban y le encogían el estómago. Primero fueron las rutinas, las propias y las ajenas, una manera de mantenerla firmemente anclada a sus propios pasos. Conocer a Sylvie, su anarquía …