Sobre la venganza se ha escrito todo, ya sea porque es tan vieja como la propia humanidad o porque es una vía de canalización de la rabia y el odio más enquistado. Con todo, la venganza a veces es deliciosa y perversa, incontrolable y cancerígena. Si entre todas las venganzas posibles hay una absurda e inmensamente estúpida es la provocada por el desamor, el abandono y el engaño. Curiosamente quiénes más la practican son aquellos que enarbolan con efusividad la bandera del carpe diem. Vive el momento, pero tú no, yo.

Ahora, a lo que toda la vida de dios se ha llamado pasar de alguien, lo llaman ghosting y aquellos de los que se ha pasado ponen el grito en el cielo con esa pantomima de necesidad de saber por qué les han dado la patada. Entonces se revuelven y maquinan toda clase de mezquindades con tal de saciar su sed estúpida de conocimiento. Atrás quedó la época en la que una misiva era suficiente para zanjar un asunto amoroso, escrito de puño y letra para a continuación partir a ultramar, a la guerra o simplemente cambiar de amante bandido.

Ahora no, ahora se necesita una declaración jurada, firmada y sellada de cada uno de los motivos por los que fulano o fulana ha desaparecido. Si no se produce tal respuesta comienza a movilizarse el ejército de las tinieblas, aquellos que no dudarán en buscar en el último agujero cualquier mierda que hayas hecho desde que saliste de la educación infantil. Se ayudarán de esbirros que inventarán todo tipo de trolas inverosímiles, acólitos que alzarán la voz juntos para que se oiga en toda la galaxia y conseguir por fin una estúpida confesión que a nadie deja contento.

Te han dejado, te han abandonado, te han dado la patada. Asúmelo de una puta vez, rehaz tu vida y deja de tocar los cojones. Llévate a tu grupo de amigos y amigas con sus cuchillos afilados no sea que en un descuido te los claven a ti por la espalda, porque ya se sabe, la venganza va por barrios y suelen ser todos muy chungos.

Una cosa que no falla nunca es el Bulleit y se saborea mejor cuando echas la vista atrás y compruebas que lo que tienes ahora llora mejor y más fuerte cuando le haces pupita de verdad.

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