Me cuesta ser espiritual. Bueno, no me cuesta porque no lo soy y por eso siempre me sorprendo cuando me hablan del alma y la entrega de la misma. Entonces os imagino a todas envueltas en túnicas de seda blanca, suaves, cayendo por vuestro cuerpo. Me vengo arriba y me siento como Kull el Conquistador dispuesto a repartir mandobles por doquier. Es una imagen que merece una entrada solita.
Pero no me desvío, el alma. La entrega de la sumisa, su cuerpo, su mente y también su alma, como si fuese un objeto preciado, como la virginidad en esto del bdsm, el himen sometido a la fuerza de la dominación perfecta. Entonces me doy cuenta de que sigue siendo parafernalia o me lo enmascaran con el amor y esa entrega sin fin y desenfrenada, una alienación en toda regla donde te pueden estar pisando el cuello y tú solo sonreirás y aceptaras todo aquello que te llegue. En el caso de una sumisa, además esto lo disfruta.
El alma, un concepto antiguo, la esencia del ser humano, lo que le hace ser lo que es y al mismo tiempo diferente a todo y todos los demás, la imprimación de nuestro verdadero yo y de nuestros actos, sin más. Pero ahora la entregamos, así como el que no quiere la cosa al primero que nos cuente un par de milongas, nos aleccione en los enredados caminos del bondage internáutico y con unas ordenes de bloc de notas de los chinos. Pero el alma se regala, como el cuerpo vamos, que tienen el mismo valor y se puede mancillar de la misma manera. A mi me la pela sinceramente, pero llegar al punto de no saber que es lo que entregas y hacerlo al primero que llega, al primero que se vende bien o al primer conato de machito dominante pues es lo que tiene. Menudo percal.
Pero perrita, yo te alecciono, quiero que me des todo lo que tienes, todo lo que eres y ya de paso me amuebles el piso. A cambio yo te haré sentir para que has venido a este mundo y serás fiel y me seguirás a los Monegros a un festival de música electrónica si fuese menester. Moldearé tu cuerpo y tu mente, tu alma para ser perfecta. Perfectamente mía y luego, ya si eso te llamo o te mando un juasAp.
Esto mas que alma necesita un Almax