En la oscuridad
No era lluvia, aunque lo parecía. De puntillas, destilaba el aliento del sofoco, de la curvatura de la espalda en tensión mientras las piernas ejercían de soporte tembloroso como unas columnas a punto de colapsar. Se giraba para mirar a los ojos al tiempo que sentía la carne vibrar desde las caderas hasta el cuello. …