Los placeres de Meiko -I-
Hubo un tiempo en el que pensó que vivía una doble vida. Dos vidas independientes, separadas por una inmensidad emocional. Eso le mantenía permanentemente en una infelicidad que era incapaz de consolar. Ni los silencios, esos que amaba, suponían un bálsamo, ni siquiera un leve consuelo. Luego conoció a Sylvie y descubrió que su sitio …