Ahogada
No tragues, le dijo notando palpitar entre sus dedos aquellas venas del cuello entregadas y rendidas desde el primer instante. Llegó desafiante, suponiendo que todo aquello sería un juego, un tira y afloja en el que ella siempre saldría vencedora. Tú y las paredes le dijo cuando él estampó su cuerpo menudo y delgado contra …