En la era de la información y de lo accesible que es, hay tanto que leer que a veces difícilmente sabes por donde empezar. Incluyendo este blog, la mayor parte de la información desperdigada por la red es auténtica basura y rara vez uno se topa con textos didácticos, objetivos, emprendedores y serios. En su mayoría son un conjunto de experiencias, casi todas inventadas por los autores donde hacen un repaso a sus capacidades de dominantes de pasillo electrónico. No les culpo, yo hago lo mismo pero además me río.
Es aquí cuando estos próceres de la intelectualidad del bdsm nos honran con sus recomendaciones literarias, sus charlas pedantes que sirven para embobar a las incautas, sus consejos de papi experimentado porque yo lo valgo y su displicencia atómica, que a mi personalmente, me toca bastante los cojones. ¡Pero oye, libertad de expresión, libertad de prensa y liberad a Willy!
Todo resumidito y mascadito porque en el fondo pensamos que sois todas gilipollas, no os creáis. Es aquí donde el dominante debe pensar que mérito tiene “domesticar” una ameba. No os mosquéis con lo de domesticar, que me vengo arriba con lo de las cuadras, zoos y granjas super farmer. La complejidad de la dominación no está en doblegar el cuerpo, esto es algo tan básico como el cagar. Lo realmente complejo es hacer que una mente compleja, segura, fuerte, rebelde, irreverente y poderosa, esté en la palma de tu mano y que cerrar el puño, simbolice la posesión absoluta.
Por ello, es necesario y desde aquí pido que hagan un crowdfunding para que estos parlanchines de fusta y traje, escriban un decálogo con todas sus gilipolleces y sus avezadas artes del bdsm ciberspank. Un almanaque para gobernarlas a todas.
¡Menudo peliculón!