Vieja juventud
Acariciaba la pequeña manta que tenía sobre el regazo. Dejó de estar suave hace mucho tiempo, pero cuando la apretaba entre los frágiles dedos, le recomponía un poco el espíritu. Observaba con atención las conversaciones ajenas, disfrutaba de cómo el mundo había cambiado, al principio despacio para después, caer a trompicones por una especie de …