Cables de alta tensión – VI –
La hoja estaba fría, sus ojos ardiendo. Mis manos apoyadas en el lavabo esperando que su respiración se agitase como una tormenta. Llevo horas con las bragas empapadas, me dijo. Lo huelo desde aquí le contesté. Era una fruta pervertida, una mezcla curiosa de deseo y acojone, mezcla que hace de un cuerpo femenino lo …