El círculo virtuoso -IV –
Perfectos charcos circulares se habían formado bajo su boca y su sexo que no paraba de temblar, ya dolorido. La saliva goteaba sin descanso en una cascada permanente que prácticamente cubría el espacio entre sus labios y el suelo. Con la vara en la mano acerqué mis labios a una de sus mejillas y la …