En el amor y en la guerra siempre hay sangre.
El alambre estaba tenso y se clavaba en las plantas de los pies que se deslizaban notando las rugosidades del tiempo. El balanceo, aún siendo ligero provocaba cierto mareo y hacía tintinear los eslabones de la cadena que unían su cintura al alambre. Ni aún así se sentía segura. Cada cierto tiempo, encontraba en su …