La saliva de la rabia
Cuando el primer salivazo empapó su cara, sintió de verdad la rabia de los dedos clavados en el cuello, la intensidad con la que se daba en aquellos instantes, ido, perturbado y sin embargo controlando cada pulso, cada presión y cada acto. Le hablaba entre dientes, notando como las vocales y las consonantes se escapaban …