Lo extraño que hay en ti.
¿Alguna vez me vas a llamar, puta, zorra, perra, algo? La voz sonaba desesperada. El giró la cabeza mientras conducía y sonrió. Ella se sentía inmersa en una vorágine de desesperación. Era sumisa y esto era una mierda. Su trato era tan recto, tan serio a veces, que necesitaba que le diese algo diferente. Después …