Lo extraño que hay en ti.

¿Alguna vez me vas a llamar, puta, zorra, perra, algo? La voz sonaba desesperada. El giró la cabeza mientras conducía y sonrió. Ella se sentía inmersa en una vorágine de desesperación. Era sumisa y esto era una mierda. Su trato era tan recto, tan serio a veces, que necesitaba que le diese algo diferente. Después …

Gimiendo bajo la lluvia.

El aguacero era desgarrador. Nunca la lluvia había sido tan perversa como aquella noche. Las gotas se convirtieron en punzantes alaridos que atravesaban su pelo y rasgaban con frialdad la piel de sus manos. Las pisadas acompasaban el repiquetear del agua sobre los charcos ya bien llenos cuando llegó a aquella farola. Como Gene Kelly sintió deseos de …

El cuadro y el escepticismo.

En sus manos, los pinceles resbalaban entre la piel y la pintura. Su aspecto siempre era descuidado según el espejo donde se mirase, pero cuando se veía reflejada en los ojos de él, se sentía hermosa aunque no sabía cual podía ser el motivo. Se limpiaba en la camisa de cuadros que algún día el …

Deseos de atardecer.

El sofá resultaba cálido y el sueño pugnaba por remontar el vuelo. Hacía ya rato que la ropa había desaparecido de su cuerpo y solo una fina manta mantenía los efluvios de su coño en sus cercanías. Las pilas de todos los aparatos se habían agotado y aún así, no estaba satisfecha. Era tan simple …

Los buenos días de Meiko

Le gustaba despertarse entre lo armónico de sus susurros y el roce de la piel sobre la espalda. Notó los pezones duros bajo la ropa y sonrió. Cuando se giró, allí estaba, hermosa como siempre, sonriente y complaciente. Sylvie se apartó y señaló hacia los pies de la cama. La luz a esas horas ya lo completaba todo …

La vergüenza y el pudor.

Hace bien poco, al visionar una película* de Anna Ohura, donde el shibari y las cuerdas alrededor de su pecho tomaban el protagonismo, me hicieron comentarios que hasta ahora había dejado pasar por alto sobre el comportamiento de quién ataba y las reacciones de ella. Ante todo hay que indicar que en esta película es Haruki …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – IV –

Cuando la piel crepita entre el dolor y el placer, cuando se hacen vacíos silenciosos donde un quejido se vuelve armónico y un gemido tras otro componen un canon que batallan por llegar al climax, entonces es cuando las espaldas se arquean y los músculos se tensan como las cuerdas de niquel en pleno solo. …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – III –

Sylvie disfrutaba haciendo las cosas lentas para él. Aprendió muy pronto que las prisas no llevaban a ningún sitio y a ella, en concreto, los castigos severos le desagradaban bastante. Poco a poco fue descubriendo que las cosas bien hechas se hacían con calma y la pausa precisa para disfrutarlas plenamente. Los movimientos incluso los …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – II –

Mucha gente se siente incomoda en los silencios. A Sylvie le enseñó que en ellos se puede disfrutar tanto como sin ellos. Las miradas y los gestos, las sonrisas y los suspiros en definitiva, le llenaban tanto o más en momentos como ese. ¿Cómo se llama? La pregunta era del todo menos inocente. La hizo en un …