Sola y mejor acompañada
Se arreglaba las uñas con desdén a sabiendas de que aquella noche iban a clavarse en la misma piel de siempre. Sin embargo lo hacía con meticulosidad y había cierta liturgia en aquel proceso, un orden ligero que le permitía evadirse con cierta facilidad. Cuando terminaba y frente al espejo, se acariciaba el cuello terso …