Geometría
Le seguían temblando las piernas. Cada mañana, sin previo aviso, cada noche, paseando, en el coche o en el tren. Antes de irse iba a verle estuviera dónde estuviera en la casa. Él se daba la vuelta y le bajaba la falda, se quedaba mirando sus bragas, que empezaban a mojarse poco a poco, y …