Ese café

Con los años, se volvió costumbre, una manera de poder tener cercanía, de poder explorar la mirada, ver los brillos del deseo o del enfado, de la tristeza, de la emoción. Captaba cada uno de esos guiños y tics en momentos especiales, sabiendo que probablemente algún día acabarían. Y cada una de las veces dibujaba …

Un par de animales

Tumbada en la cama acariciaba con los dedos las fotos que una vez fueron su vida. A veces sonreía, otras veces se sonrojaba. Alrededor, de manera imaginaria sonaba toda la música que compartieron, todas las letras que se desearon, todos los roces inocentes que se transformaban en estruendos de pasión y de dolor. De mucho …

Una historia de amor sencilla

Con los ojos muy abiertos, cortó. Preciso, quirúrgico, superficial. Entonces, moviendo el cuello con extrañeza, esperó unos instantes. El tiempo suficiente para que el blanquecino corte se fuese oscureciendo hasta dejar salir una gota redondeada y de color carmín. El bamboleo del pecho aún no había cesado y conseguía que la gota, perezosa, se mantuviese …

No hacía falta volar

Observar, cuando se hace con cautela y sobre todo sin prisa, le reconfortaba y al mismo tiempo le reconciliaba con esa parte tan suya caótica y a veces despreciable. Allí arriba, encaramado en el ala a medio montar, con las piernas colgando mientras las rodillas se balanceaban a ritmo suave, el frescor del hielo derretido …

A vueltas con todo

Es complicado escribir, con sentido y rigor, con estilo. Algunos, pocos, son capaces de crear mundos e historias capaces de atrapar y dejar sin respiración. Lo triste, es que los demás solo tenemos el consuelo del desahogo. Ni siquiera la valentía existe ya detrás de las letras. Hemos cambiado la lucha, la capacidad de revolver …

Líneas rectas

Entre tanta curva conseguía delimitar la vida en líneas absolutamente rectas. Mientras ella dormitaba, en esos momentos donde el sueño aún no se ha apoderado de la consciencia y, a través de los ojos, la luz mortecina que se atrevía a entrar por las rendijas de la ventana, podía ver como con la mirada guiaba …

Enséñame

Pura exigencia. En eso se había convertido la vida, cada relación, cada suspiro. Sea para lo que fuese, la gente había dejado de estar preparada para la vida, al menos para vivir su vida. Cuando ella se fue, lo que más le costaba era respirar, posiblemente porque se había acostumbrado demasiado a ella, al arraigo, …

Saya

Cuando estaba sola, corría. Lo hacía para respirar rápido, para que la sangre recorriese las venas a trompicones y su corazón estuviera a punto de descabalgar. Era ese correr frenético que te deja sin aliento y consigue que arda cada una de las fibras del cuerpo, el que te deja exhausto y hace que apoyes …

De puntillas

Daba igual que fuera esbelta, o no. Daba igual. Daba igual cuantas veces viera como paseaba por el jardín descalza, clavando los dedos en la tierra húmeda y saltando de un pie al otro levantando pequeñas gotas de rocío que se habían rezagado de la evaporación. Daba igual. Tampoco importaba el sentir de los temblores, …

El capricho

Durante algún tiempo pensó que era caprichosa. Luego comprendió que lo único caprichoso son los recuerdos, esos que juegan con nuestra cordura y aparecen sin avisar en cualquier momento, interrumpiéndonos y enseñando nuestras vergüenzas, nuestros errores. No era caprichosa, era simplemente insegura. Como todo el mundo, vamos moldeando nuestra personalidad para salvaguardarnos de daños que …