Sumisas del dolor -II-
La cerveza estaba fría, placentera. Me senté y la púa estaba en el mismo sitio donde la había dejado. Intentaron llevarse los vasos pero le pedí a la camarera que por favor los dejase donde estaban. “Así pues y como veo, la púa está ahí, esperando, con ganas de infringir dolor me parece a mí …