Él, complejo.
Descubrió que lo simple le mantenía feliz. Descubrió que la calma de sus actos, de sus movimientos y de sus palabras le permitían conseguir lo que necesitaba. No hizo falta acogerse al karma, a la meditación o a disciplinas orientales aunque lo intentó sin mucha dedicación. Al final comprendió que solo debía estar rodeado de …