Deseos de atardecer.

El sofá resultaba cálido y el sueño pugnaba por remontar el vuelo. Hacía ya rato que la ropa había desaparecido de su cuerpo y solo una fina manta mantenía los efluvios de su coño en sus cercanías. Las pilas de todos los aparatos se habían agotado y aún así, no estaba satisfecha. Era tan simple …

Los buenos días de Meiko

Le gustaba despertarse entre lo armónico de sus susurros y el roce de la piel sobre la espalda. Notó los pezones duros bajo la ropa y sonrió. Cuando se giró, allí estaba, hermosa como siempre, sonriente y complaciente. Sylvie se apartó y señaló hacia los pies de la cama. La luz a esas horas ya lo completaba todo …

La vergüenza y el pudor.

Hace bien poco, al visionar una película* de Anna Ohura, donde el shibari y las cuerdas alrededor de su pecho tomaban el protagonismo, me hicieron comentarios que hasta ahora había dejado pasar por alto sobre el comportamiento de quién ataba y las reacciones de ella. Ante todo hay que indicar que en esta película es Haruki …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – IV –

Cuando la piel crepita entre el dolor y el placer, cuando se hacen vacíos silenciosos donde un quejido se vuelve armónico y un gemido tras otro componen un canon que batallan por llegar al climax, entonces es cuando las espaldas se arquean y los músculos se tensan como las cuerdas de niquel en pleno solo. …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – III –

Sylvie disfrutaba haciendo las cosas lentas para él. Aprendió muy pronto que las prisas no llevaban a ningún sitio y a ella, en concreto, los castigos severos le desagradaban bastante. Poco a poco fue descubriendo que las cosas bien hechas se hacían con calma y la pausa precisa para disfrutarlas plenamente. Los movimientos incluso los …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – II –

Mucha gente se siente incomoda en los silencios. A Sylvie le enseñó que en ellos se puede disfrutar tanto como sin ellos. Las miradas y los gestos, las sonrisas y los suspiros en definitiva, le llenaban tanto o más en momentos como ese. ¿Cómo se llama? La pregunta era del todo menos inocente. La hizo en un …

Sylvie et le chien – Sylvie y la perra – I –

El olor del pastel le hizo sonreír. Se acordó de este día y usó la llave que se había ganado hacía ya tiempo. Dejó las gafas de sol en la entrada y asomó la cabeza por la puerta de la cocina. Sylvie estaba sonriente, de puntillas, moviéndose grácilmente por la cocina pero dejando todo absolutamente manchado. …

Las botas

Aun siendo perversamente seguidor de escenas como la que Stanley Kubrik rodó para Eyes Wide Shut y que ya en alguna que otra entrada he reflejado como un acto de sexualidad extrema, oculta entre máscaras y parafernalia veneciana, lo cierto es que sin duda, por lo que más aprecio y apego tengo es por un …