Manos frías, tacto cálido
Se acercó despacio. Siempre le había visto en la distancia, altivo, reposando en un trono de superioridad infinita, pétreo. Desde hacía mucho le observaba, sentía su aliento efímero ya cuando llegaba a su piel y que abrasaba los cuerpos de otras. Ella, temerosa, siempre se había quedado en un tercer plano, escondida no solo de …