Paseo en tren -III-
La vibración había terminado y el dolor había hecho sucumbir cualquier estado de ánimo del que la fiebre se había apoderado. Enajenada entre el vapor de la piel ardiendo, se dejó llevar en volandas y sin fuerzas tan solo arropada por la fuerza bruta convertida en delicadeza. En su cabeza, la mezcla del dolor y …