Paseo en tren -II-
Desde abajo la vista era hermosa. Las contracciones le permitían vislumbrar las fibras de los músculos y el sudor, sacudido por la constante vibración, se iba acumulando en pequeñas gotas suspendidas de la piel. De vez en cuando, se levantaba y pasaba la botella fría por el abdomen que se contraía un poco más. El …