¿Cómo saber?
Toda aquella complacencia, toda aquella seguridad no era más que una fachada, una manera de ponerse la venda antes de la herida. Todo era de cara a la galería, lleno del postureo infernal del que si no participas te sientes desplazado, imaginando la madurez como una nueva adolescencia. Sentía que tenía que pertenecer al grupo …