La leyenda de los ojos verdes
El fuego le consumía, ardía por dentro pero nada saciaba esa devastadora sensación de deseo y violencia. Hasta que se acercó a la cruz y contempló sus brazos extendidos y marcados por los latigazos certeros, las piernas en tensión y los pies soportando como podían el peso. El sudor se mezclaba con la sangre, el …