Saya

Cuando estaba sola, corría. Lo hacía para respirar rápido, para que la sangre recorriese las venas a trompicones y su corazón estuviera a punto de descabalgar. Era ese correr frenético que te deja sin aliento y consigue que arda cada una de las fibras del cuerpo, el que te deja exhausto y hace que apoyes …

De puntillas

Daba igual que fuera esbelta, o no. Daba igual. Daba igual cuantas veces viera como paseaba por el jardín descalza, clavando los dedos en la tierra húmeda y saltando de un pie al otro levantando pequeñas gotas de rocío que se habían rezagado de la evaporación. Daba igual. Tampoco importaba el sentir de los temblores, …

El capricho

Durante algún tiempo pensó que era caprichosa. Luego comprendió que lo único caprichoso son los recuerdos, esos que juegan con nuestra cordura y aparecen sin avisar en cualquier momento, interrumpiéndonos y enseñando nuestras vergüenzas, nuestros errores. No era caprichosa, era simplemente insegura. Como todo el mundo, vamos moldeando nuestra personalidad para salvaguardarnos de daños que …

Observaciones desde la distancia -III-

Acabar con lo intangible, pelear con los puños desnudos, desgarrar con los dientes la rabia que supone sentirse incapaz. Cuanto más se apagaba menos herida se sentía, cuanto más se apagaba, más sentía los estertores silenciosos que él ahogaba en alcohol. Notaba como su camino de destrucción, a él arrastraba hacia otro quizá más violento …

Observaciones desde la distancia -I-

El tiempo te da una perspectiva un poco más amplia de cómo fueron las cosas. A veces errónea porque magnificamos para bien o para mal lo que sucedió. Sin embargo, cuando eres capaz de observar el desarrollo personal y emocional de otros, te das cuenta de donde fallas, lo que anhelas y lo que necesitas. …

Estelar

La estática, ese ruido que se produce en el vacío de la comunicación, se adueñó de lo que le rodeaba. Tampoco es que le importase demasiado, se sentía cómodo en ese estado en el que no interactuaba con nadie y con simples gestos conseguía aquello que necesitaba. Era bueno para él, sin duda. No sentía …

Los botones

Como dos ondas armónicas se fueron encontrando a lo largo de la vida. Al principio, se enroscaron en esa espiral de desenfreno, de risas alocadas, de humedad constante. Luego, la vida les hizo cambiar de tonalidad. Cada uno, con despecho y tristeza, con rabia, siguió su camino. La distancia y el tiempo hicieron lo demás. …

Amalgama

Los sentimientos son pura convulsión en su cabeza. Inevitables, lo sabía. Huía de ellos por conveniencia y de vez en cuando, los acariciaba de la misma manera que se acarician las olas con los dedos cuando se navega, o se mojan los labios al beber con mesura. A muchos, a casi todos, los sentimientos les …

Tiempo

El tiempo acaricia la piel con ligereza y se esconde con premeditación en los pliegues, esperando aparecer sin avisar sorprendiendo incluso a la impaciencia. Uno se cansó de esperar y el otro, se cansó de sentir. Pasea el dorso de la mano por la cara juvenil y luminosa. Se impregnaba del olor del despecho y …

La espina de la anguila

Crujía el suelo. Crujían los huesos. Los tacones creaban un tic tac que marcaba el tiempo de cada paso. Sobre todo ello, las caricias. Caricias que en algún momento de su vida le hubieran parecido fuera de lugar, caricias impregnadas de cariño y ternura. Le retiró la silla para que se sentase y la acomodó …