Quemando puentes
Aún relamía la saliva que amablemente le había escupido mientras pasaba la tarde leyendo tumbada en el sofá. Quizá la media sonrisa que tenía en la cara desde hacía un par de horas y que era prácticamente imperceptible, ayudaba a que esas horas en soledad supusieran un bálsamo entre tanto tejemaneje. No era ella desde …