Los sentidos – Tacto –

Deslizó las manos por el cinturón hasta su cuello, sonriendo de manera devastadora. Volvió a colocar la venda en los ojos y a continuación una mordaza en la que clavó los dientes cuando pellizcó uno de los pezones. Tiró entonces del cinturón levantando su cuerpo maltrecho pero deseoso hasta que las rodillas quedaron emparejadas con …

Los sentidos – Oído –

El cuero tiene una curiosa forma de llamar la atención cuando cae sin fuerza en el suelo. Parece inocente en ese golpeteo grave que reverbera en la memoria pero luego, sisea, silba, araña y quema el aire para provocar un estruendo que pone la piel de gallina. Dejaba caer la punta en un juego erótico …

Los sentidos – Olfato –

Tanto le gustaba jugar que a veces se le calentaba la boca. Ella lo sabía, él lo sabía. Ese juego erótico de tensar la cuerda para obtener recompensas, a veces dolorosas y otras, las más, placenteras. Pero el juego de hoy quizá se le había ido de las manos, solo había que ver su cara, …

Nieve

La naturaleza, el exterior, las posibilidades que daban aquellos lugares inhóspitos, escondidos de la muchedumbre, silenciosos, porque el ruido de aquellos lugares daba sentido a todos los silencios. Las botas hacían crujir el suelo, compactando la nieve recién caída mientras las piernas se hundían más allá de los tobillos. El vaho que salía de su …

¿Para cuándo una sesión, Señor?

Llevaba su mano, iniciando este camino tan complejo apenas hacía tres meses donde las conversaciones y los momentos intensos tenían altibajos. A veces ante mi presencia, otras veces en la distancia, sin embargo, había una constante que empezaba a tocarme un poco los cojones. ¿Para cuando una sesión Señor? Repetía la pregunta casi a diario, …

Castigo ejemplar

El día se hizo muy largo y ella se pasó de traviesa. Tenía ganas de jugar y fue mellando la paciencia, como la navaja al marcar la corteza del árbol, sin darse en realidad cuenta de que lo único que conseguía era lo contrario a lo que deseaba. Se despeinó en la comida y jugó con los cubiertos, …

El cegador estruendo del susurro

Pórtate bien perra. Siempre ese susurro. Notaba cada letra de la palabra atravesando el aire cercano, y según se adentraba comenzaba a retumbar en cada una de las fibras que tejían su ser y que él había dado forma a su antojo. Entonces sentía la presión del puño cerrándose sobre su pelo y se acercaba …

La vida que guardamos en los cajones

Giró la llave y la cerradura sonó a metal viejo, oxidado por el tiempo y el desuso mientras sentía como una parte de si misma desaparecía, quizá enterrando lo mejor de aquella vida. Sin embargo algo que desconocía le hizo dudar de aquella acción tan simple. Cuando sintió la mano acariciando su nuca, su respiración …

Cilicio

Los meses se iban agolpando en su calendario y veía crecer ese sentimiento sádico que le transformaba y le iba consumiendo poco a poco. Esos ojos furiosos que había visto una vez pero jamás había sentido en su piel. Esa furia. Se estremeció al imaginarlo y revivirlo, la mezcla de deseo irrefrenable y terror incontestable …

Gambito

Miraba el cinturón con cierto desprecio, eliminando con violencia los restos de la piel y las gotas de sangre que ya perdurarían en el cuero por siempre. Decidió deshacerse de aquel instrumento tan habitual como había prescindido de ella. Utilizó el mismo movimiento que contra él habían confrontado. No era un experto jugador de ajedrez, …