Esclava – I –

La cubierta del barco estaba desierta, el sol, intenso, secaba el agua y dejaba el salitre sobre la madera barnizada. Sus pies estaban descalzos, juntos y atados. La piel reseca no se hidrataba con el agua del mar, al contrario, se introducía entre las cuerdas que los mantenían sujetos a un mástil que hacía mucho …

Lo extraño que hay en ti.

¿Alguna vez me vas a llamar, puta, zorra, perra, algo? La voz sonaba desesperada. El giró la cabeza mientras conducía y sonrió. Ella se sentía inmersa en una vorágine de desesperación. Era sumisa y esto era una mierda. Su trato era tan recto, tan serio a veces, que necesitaba que le diese algo diferente. Después …

Gimiendo bajo la lluvia.

El aguacero era desgarrador. Nunca la lluvia había sido tan perversa como aquella noche. Las gotas se convirtieron en punzantes alaridos que atravesaban su pelo y rasgaban con frialdad la piel de sus manos. Las pisadas acompasaban el repiquetear del agua sobre los charcos ya bien llenos cuando llegó a aquella farola. Como Gene Kelly sintió deseos de …

Deseos de atardecer.

El sofá resultaba cálido y el sueño pugnaba por remontar el vuelo. Hacía ya rato que la ropa había desaparecido de su cuerpo y solo una fina manta mantenía los efluvios de su coño en sus cercanías. Las pilas de todos los aparatos se habían agotado y aún así, no estaba satisfecha. Era tan simple …

Creíste ser lo que no eras

Las gafas de sol parecían perdidas y desubicadas en la esquina de la cama. La sábanas intentaban recomponerse después de la batalla pero no lo conseguían. Aún, su cuerpo deambulaba entre los sueños mientras mis ojos intentaban controlar sus movimientos, incluso cuando su mente estaba absorta y sumergida en lo más profundo del subconsciente. De …

Al azotito leré

Se presento juvenil y pizpireta, con los labios rojos, carnosos, apetecibles y unos dientes perfectos, blancos y relucientes. Tuvo la decencia de no pintarse como una puta y se veía hermosa y lozana, feliz. Ella lo sabía y lo utilizaba siempre, al menos eso intuí. Conmigo, los truquitos de jovencita no tenían mucho sentido. Tanto …

Bajo presión

Nunca había visto así su sangre, en ese fluir continuo y lento, dibujando serpenteantes caminos por su piel para terminar desembocando, primero gota a gota y luego en un fino hilo sobre la arena blanca y cálidamente perfumada. Junto a las nuevas marcas de ese rojo intenso y oxigenado sus pies, inmóviles, pétreos, soportes de …

El jardinero

Cuando la tierra caía de sus manos, lo hacía con todo el sentido que su mundo podía darle. La simpleza de los movimientos, la cautela de sus dedos, colocando las ramas, arrancando hojas, invisibles tormentos que conseguían el fin determinado. La rectitud y la perfección. Se veía a si misma observándole con mirada hipnótica, observando …

Pintura rasgada

El sol golpeaba cada mañana con la misma intensidad que sus manos. Llevaba varios días de ya casi insoportable tortura y cada noche ya casi en el amanecer, su rendición llegaba como en las batallas libradas en los confines del mundo. Símplemente se dejaba caer, exhausta y plenamente satisfecha, con la sensibilidad en límites intolerables. …