Gambito

Miraba el cinturón con cierto desprecio, eliminando con violencia los restos de la piel y las gotas de sangre que ya perdurarían en el cuero por siempre. Decidió deshacerse de aquel instrumento tan habitual como había prescindido de ella. Utilizó el mismo movimiento que contra él habían confrontado. No era un experto jugador de ajedrez, …

Comprensión

No todo sucede como queremos. Lo normal es que no se acerque si quiera, pero siempre anhelamos que se cumplan nuestros deseos, de una manera o de otra, nos acerquemos al umbral de esas necesidades y podamos atravesar la puerta para una vez dentro, decidir si nos quedamos allí quietos, avanzamos hasta el centro, o …

El hipódromo

Me gustan las carreras, me gustan de todos los tipos, incluso las de las medias, pero solo si las organizo yo. A veces, sentado mientras bebo algo y disfruto como esos pequeños jinetes son capaces de hacer volar la imaginación de los centenares de personas que que allí nos congregamos, no puedo evitar pensar en …

Ese daño

No entiendo las directrices genéricas, esas que aquellos que creen disponer de una sabiduría que a mí se me escapa, intentan imponer como si saliesen desde el mismo centro de las entrañas del conocimiento. El individuo es tan complejo en sus emociones hacia los demás como simple en las suyas propias. Pero eso no hace …

Fire woman

Siempre maniatada, sus deseos y sus pensamientos golpeaban una y otra vez el muro de la incomprensión. Quizá no era lo suficiente habilidosa para dejar ver ese lado oculto que tenía, se decía, pero por otro lado, hacía mucho que se había percatado de que su inteligencia, estaba por encima de la media. Sin embargo, …

Violencia e ignorancia

Detrás de un café, la única violencia que se puede introducir es la verbal. Acostumbrados a desarrollar nuestra dialéctica bajo parámetros que creemos irrevocables, nos acercamos a los demás con nuestras bravatas bien aprendidas, casi del tirón. A fuerza de repetirla nos las vamos creyendo e intentamos hacérselas creer a los demás. Es entonces cuando …

Un plato en la mesa

Cuando miraba sus pies, notaba la firmeza con la que estaban afianzados en el suelo de su entrega. Al mismo tiempo sentía que al contrario de lo que había imaginado siempre, no se hundían en la tierra sino que estaban a flor del suelo y casi podía percibir sus dedos moviéndose entre los finos granos …

Ladrones de entrañas

Hay artes nobles y otros, en cambio, se cuelan desde lo más profundo de la miseria humana para, vestidos con ornamentos adecuados, maquillar de manera sibilina lo que no son, enmascarando sus mediocridades y falsificando con cierto prestigio una impostura que se queda en muchas retinas y demasiadas pieles. Bajo este enjambre electrónico, es difícil …

Toda tortura merece un final.

Es como esos libros que te entusiasman, que lees cuantas veces sea necesario porque en cada lectura encontrarás algo diferente, algo que añadir a todo aquello que te hizo sentir afortunado. Quizá a veces encuentras algo contrario a lo que pensaste, matices pequeños o grandes, a saber, pero siempre son estimulantes. Pero al contrario que …

El romántico BDSM

Ella estaba allí, leyendo, con voz pausada, arrodillada y aparentemente entregada. Disfrutaba de todo aquel ritual que a mí siempre me pareció pura parafernalia, pero yo era un invitado. Se suponía debía estar honrado presenciando como aquella dulzura recitaba el contrato, casi de carrerilla, esperanzada por ser en breves instantes orgullosa portadora de un collar …