El arco de Sylvie

Tal y como llegó se fue, sin gestos, sin palabras cordiales que suenen vacías como despedida o reencuentro, ni un hasta pronto o un nos veremos. Solo una caricia y una leve sonrisa que quedaron maquilladas por los desgastados vaqueros y aquellas botas hipnóticas que se convirtieron en idea al cerrarse la puerta tras él. …

Distancias

No hay emblemas en la dominación ni consignas en la sumisión. Es una entrega plena, donde hay cosas que inevitablemente deben ser necesarias. Alguien puede entregarse en la distancia, y puede hacerlo porque, sin darse cuenta, entra en una espiral de deseo y percepciones atípicas que impiden pensar con lucidez. Desde su punto de vista …

Gaijin

Los occidentales, por la gracia de dios y nuestra capacidad de ensombrecer al resto del mundo con nuestras gilipolleces, hemos sido siempre creyentes de que lo nuestro mola cantidubi y es lo mejor en cuanto a socialización, equilibrio moral y desarrollo tecnológico. Desde la Grecia Clásica y el desarrollo de la filosofía con aquellos primitivos …

Llave maestra

A veces las mesas separan mundos. Otras en cambio solo diferencian lo que una vez fuiste y lo que realmente eres, aunque lo supieses, y lo mantuvieses a buen recaudo, alguien, siempre lo saca a la superficie. Y cuando la luz baña con esplendor aquello que ya conocías, que sentías y ocultabas porque nadie era …

Alegoría de las marcas

La lúz trémula de las velas contorneaba las figuras inertes de sus cuerpos contra la pared blanquecina. Sentado frente a ella observaba su piel maltrecha y radiante mientras jugueteaba con sus dedos y el nudo corredizo de había hecho en un cabo. Ella respiraba tranquila, serena y confiada. Le gustaba verla desnuda, sentir de lejos …

El indómito desaliñado.

Con ese aire de despistado, trasmitía una firmeza que hacía temblar las copas sobre la mesa. Escondido en unas gafas oscuras y ese de aire de estar allí pero sin estar, se acomodaba en la silla y cruzaba las piernas mientras bebía a sorbos una fría cerveza. La espuma jugueteaba con la barba y con …

Cuando lo profundo no es suficiente.

Se instauró en una torre, tan alta como su imaginación pudo construir, rodeado tan solo de aquello que necesitaba, incluyendo aquellos cabellos lacios y dorados que se mecían como las gódolas por ese oleaje superficial en la que a veces la pasión se disfrazaba. Allí no hacía falta nada más. El sol iluminaba todo, y …

Por fin, Sylvie.

Se sintió arrastrada por la arena del desierto, su piel crujía como las tarimas de un suelo añejo y descuidado. De vez en cuando el pelo se enganchaba en matojos secos que lo estiraban generando una tensión tan grande que desfiguraba su cara. Hacía mucho rato que dejó de sentir placer o dolor en los …