El sol que más calienta

Se sentía pequeña y frágil a su lado. Siempre pensó que crecería con su ayuda pero desde hacía días se descolgaba de manera microscópica por las lianas de su barba, enmudeciendo ante el bramido de su voz. No recordaba una sensación similar en su vida. Se apostaba bajo su cuello, protegiéndose de la metralla de …

Pinturas de guerra

El día había sido divertido y sobre todo azul. La mayor parte fue un juego en el que ambos pintaron con sus dedos los deseos del presente, mezclando los colores de la vida con los de la pintura que ya empezaba a secarse en las paredes. Se sentían cansados pero satisfechos. Habían sido unas horas …

Si no sabes lo que es la entrega, ¿cómo te atreves a ser sumisa?

Esa perla que he utilizado como título de esta entrada, es una de las muchas sandeces que algunos dominantes intentan insuflar, contaminando la inteligencia con su estupidez de manual amarillo. Da igual el tiempo que convivas con una sumisa, o la dedicación que hayas necesitado para que ella sienta que está en las mejores manos …

Ira e impotencia

No son pocas veces las que las lagrimas incontroladas no motivadas por una acción directa me bloquean unos segundos. Intentando asimilar por qué se producen y la manera de aliviarlas sin perder ese poso de estabilidad, de no flaquear para que ella, y aún destruida, se sienta reforzada y protegida. Muchos de esos instantes son …

Reacción en cadena

Calor, frío. Siempre esa decisión que determinaba un estado de ánimo. Prefiero las cuerdas, sin duda. Si debo elegir, mis manos y mi mente se van a ellas. El tacto, rugoso y cálido, el ruido suave deslizándose entre sus hebras y la piel. El sonido de la tensión, del cierre de un nudo, de como …

Cuestión de tacto

La pared estaba fría y desde las yemas de sus dedos se transmitía al resto de su cuerpo. El metal que la recubría parecía haber estado expuesto a un gélido viento que en comparación con las palabras abrasaba su piel. Entre sus muñecas, una barra metálica, pesada y negra, evitaba cualquier movimiento de sus brazos. Arriba …

Equilibrio

Escuchaba el sonido de los tacones tras de sí incluso cuando la música empezaba a ser ensordecedora. Por suerte eso no duró demasiado. El perfume iba y venía pero siempre estaba al alcance de la mano, a mi alrededor. Mientras conversaba, observaba como se desenvolvía, segura, sonriente pero no en exceso. De vez en cuando, de …

Demonios

Odiaba la lluvia, el frío, los olores intensos, el tacto rugoso, el silencio vacío si no era llenado por el suyo, el hastío. Odiaba la lectura rápida, las entrelíneas complejas y calamitosas, los truenos ensordecedores, la gasolina. Odiaba tantas cosas que apenas se daba cuenta de todo aquello que le apasionaba. Odiaba el dolor, el …

Las siete puertas -III-

La seda se iba empapando mientras se deslizaba desde su cara hasta los pies, recogiendo en su camino cada gota de sudor envuelta en el intenso placer de la oscuridad de su deseo. Mientras sus ojos se acostumbraban a la escasa luz, se daba cuenta de que el temblor en sus piernas perduraba como esos …

Las siete puertas -II-

El olor era fuerte, condensado, pero no le pareció desagradable. La oscuridad, en cambio, le resultó pesarosa y temió en los primeros pasos. Un suave no estés asustada le relajó convenientemente mientras la seda se deslizaba por su frente hasta tapar sus ojos. La negrura fue mucho más intensa y sintió como débilmente las piernas …