Quizá fue un sueño
El aire zigzagueaba entre su pelo. Aquello eran caricias comparadas con las que proporcionaban las manos toscas que ahora descansaban sobre la cama. Se acarició las muñecas aún enrojecidas y notó esas ligeras punzadas de dolor que calentaban todo su cuerpo. Sobre la cama, dormido, respiraba con la tranquilidad que proporciona la ausencia de rivales, …