El fin del mundo

La lluvia arreciaba sin descanso desde hacía tres días. El oleaje combatía con fiereza contra los firmes acantilados en una batalla que ya duraba centurias y en la que aparentemente no se vislumbraba un ganador. Retumbaba tan fuerte esa furia que casi apagaba el agudo chillido del viento infiltrándose por los pequeños recovecos de las paredes …

El romántico BDSM

Ella estaba allí, leyendo, con voz pausada, arrodillada y aparentemente entregada. Disfrutaba de todo aquel ritual que a mí siempre me pareció pura parafernalia, pero yo era un invitado. Se suponía debía estar honrado presenciando como aquella dulzura recitaba el contrato, casi de carrerilla, esperanzada por ser en breves instantes orgullosa portadora de un collar …

El sol que más calienta

Se sentía pequeña y frágil a su lado. Siempre pensó que crecería con su ayuda pero desde hacía días se descolgaba de manera microscópica por las lianas de su barba, enmudeciendo ante el bramido de su voz. No recordaba una sensación similar en su vida. Se apostaba bajo su cuello, protegiéndose de la metralla de …

Pinturas de guerra

El día había sido divertido y sobre todo azul. La mayor parte fue un juego en el que ambos pintaron con sus dedos los deseos del presente, mezclando los colores de la vida con los de la pintura que ya empezaba a secarse en las paredes. Se sentían cansados pero satisfechos. Habían sido unas horas …

Reacción en cadena

Calor, frío. Siempre esa decisión que determinaba un estado de ánimo. Prefiero las cuerdas, sin duda. Si debo elegir, mis manos y mi mente se van a ellas. El tacto, rugoso y cálido, el ruido suave deslizándose entre sus hebras y la piel. El sonido de la tensión, del cierre de un nudo, de como …

Cuestión de tacto

La pared estaba fría y desde las yemas de sus dedos se transmitía al resto de su cuerpo. El metal que la recubría parecía haber estado expuesto a un gélido viento que en comparación con las palabras abrasaba su piel. Entre sus muñecas, una barra metálica, pesada y negra, evitaba cualquier movimiento de sus brazos. Arriba …

Equilibrio

Escuchaba el sonido de los tacones tras de sí incluso cuando la música empezaba a ser ensordecedora. Por suerte eso no duró demasiado. El perfume iba y venía pero siempre estaba al alcance de la mano, a mi alrededor. Mientras conversaba, observaba como se desenvolvía, segura, sonriente pero no en exceso. De vez en cuando, de …

Demonios

Odiaba la lluvia, el frío, los olores intensos, el tacto rugoso, el silencio vacío si no era llenado por el suyo, el hastío. Odiaba la lectura rápida, las entrelíneas complejas y calamitosas, los truenos ensordecedores, la gasolina. Odiaba tantas cosas que apenas se daba cuenta de todo aquello que le apasionaba. Odiaba el dolor, el …

Las siete puertas -III-

La seda se iba empapando mientras se deslizaba desde su cara hasta los pies, recogiendo en su camino cada gota de sudor envuelta en el intenso placer de la oscuridad de su deseo. Mientras sus ojos se acostumbraban a la escasa luz, se daba cuenta de que el temblor en sus piernas perduraba como esos …

Las siete puertas -II-

El olor era fuerte, condensado, pero no le pareció desagradable. La oscuridad, en cambio, le resultó pesarosa y temió en los primeros pasos. Un suave no estés asustada le relajó convenientemente mientras la seda se deslizaba por su frente hasta tapar sus ojos. La negrura fue mucho más intensa y sintió como débilmente las piernas …