Los nudos que atan tu piel
Me miraba las manos y no comprendía como podía conseguir aquello. El tiempo me lo dio, y ella me permitió concebir en su cuerpo el esplendor de la belleza que recreo cada instante en su piel. Me gustaba hablar con ella, como si fuese una principiante en cualquier aspecto de la vida, los dos, solos …